Colla de covards

 
Tota una vida
sense gosar de creure'm a mi mateixa,
sense gosar de portar la contrària
a ningú que em jutgés.

Tota una vida
de dolor i de cansament,
de depressió, d'angoixa,
de culpabilitat amarga.

I ara són ells, tots ells,
els que no gosen de demanar perdó.

Demanar-me perdó
per totes aquelles vegades
en les que m'he sentit sola
i he dubtat de mi mateixa.

Per totes aquelles vegades
en les que m'han obligat
a aferrar-me a bajanades
per pura desesperació.

Ara són ells, tots ells,
els que no gosen de demanar perdó.

Demanar perdó pels anys perduts
sense buscar explicacions
creient-me autora i artífex
del meu propi malestar.

Demanar perdó per les converses
que jo no sentia
en les que jo era el tema
i no en sortia ben parada.

Ara són ells, tots ells,
els que no gosen de demanar perdó.

Demanar perdó pels moments
en els que els he desitjat mal,
el meu mal, ràbia en mà,
i que m'han embrutat l'ànima.

Ara no gosen, ningú gosa,
i resulta que tothom ho sospitava.
I jo tampoc goso, ni tan sols ara,
d'enfadar-me.

Seguir escribiendo


Qué extraño se ha vuelto
escribir versos,
qué extraño se ha vuelto
escribir.

Parece que ya nunca
encuentro un buen momento,
un buen motivo
o inspiración suficiente.

Ahora, todo es demasiado,
demasiado real,
demasiado tangible,
burdo, incluso.

Parece que ya nada
merece poesía,
ni invita a la belleza
ni me emociona.

Quizá es que ahora soy
demasiado burda
demasiado tangible,
demasiado real.

Quizá es que ya no busco
ni inspiración,
ni tiempo,
ni motivos.

Y por eso me resulta tan extraño
escribir versos,
y por eso me resulta tan extraño
seguir escribiendo.

Hora de vivir


Ya es hora de vivir
dirigiendo mis pasos,
llevando en mi mochila
mis propios tratos.

Ya es hora de vivir,
de ignorar el teléfono,
de no atender llamadas
que no son para mí.

Ya es hora de vivir
como me hubiese gustado
si no hubiese hecho míos
los problemas ajenos.

Ya es hora de vivir
porque llego tarde
y aún me queda mucho
por hacer
y por dejar de hacer.

Los demás,
tendrán que vivir con ello.

Poema en cinco minutos


He decidido la idea en diez segundos,
he pensado estos versos en veinte más,
he dudado cinco antes de continuar
y aún así acabo de un modo absurdo.

Sigo con prisas porque he perdido el tiempo,
me quedo sin ideas pero me da igual:
el ejercicio no trata de decir nada nuevo
sino de practicar la agilidad.

Tercer párrafo y minuto tres;
debo ser un genio de la prosa;
a este ritmo acabaré a tiempo
para dar el título al poema.

Me pregunto por qué hago estas cosas,
lo de la agilidad ya no tiene tanto sentido,
me estoy estesando porque sí
y ni siquiera va a quedar bonito.

¡Por fin! Quinto párrafo y a tiempo,
me queda un minuto y estoy agotada
pero por un par de tristes versos
no lo voy a dejar inacabado.

Me pregunto si será hacer trampas
dedicar los últimos segundos a corregir...

Cuanto daño hicieron los románticos


Dicen que me estoy curando,
pero llevo meses removiendo mierda
y haciendo pelotillas de rencor,
lanzándolas a diestra y siniestra
y acumulandolas a mi alrededor.

De hecho,
antes escribía poesía aceptable
y ahora, fuerzo la inspiración
y sale aún más mierda repelente,
apuntillando rimas sin ton ni son.

No aguanto los tópicos,
prefiero creer que es por falta de práctica
a atribuirlo a la ausencia del dolor,
aunque puede ser solo que la ira
es de más difícul gestión.

Mira lo que digo:
que se jodan los versos,
que se jodan las rimas,
que se joda la belleza,
y la inspiracion.
La calidad puede irse a la mieda;
el dolor y la profundidad emocional también.
Estoy tan enfadada
que ya ni siquiera rezumo cinismo o ironía.
Me la suda todo, así que:
¡Le pueden dar mucho por el culo a la buena poesía!

Pues va a ser verdad que estoy mejor.

El milagro de la resurrección del rato


El día me acaba de imponer
uno de esos ratos muertos
en que la mente vagabundea
por paredes y suelos
y se apodera de mi y de mi pie
la angustia existencial de saber
que voy a perder el tiempo.

Como con cualquier otro vicio,
la apetencia se desespera
y pugna una necesidad
en las puntas de mis dedos,
cercando el cerco a la idea
de saciarme, también, una vez más.

En un pestañear de mi paciencia
finalmente me decido a hacer
que los siguientes momentos
valgan la pena.

Y lo busco, 
lo saco, 
lo abro...
y, por fin, escribo alguna tontería. 

¡Milagro! El rato a vuelto a la vida.

Déjame

f
Déjame sola con mis juegos de lazos,
cintas eternas de oscuros colores
sobre claras alas de paloma.

Déjame sola con mis aventuras corsarias,
para abrir mil veces el cofre del tesoro
y enterrarlo después en la arena.

Déjame sola con mis momentos vacíos,
las charlas con nadie, los viajes en balde
y las sonrisas porque sí.

Déjame. Déjame. Porque no estoy sola.

Mensaje en una botella

j
Mensaje metido en una botella
de caligrafía limpia y firme,
enrollado con esmero y angústia
hasta hacer de él
poco más que un trozo de madera.

Lanzada al mar con fúria,
lejos, bien lejos;
cayendo grácilmente
en el colchón de agua salada,
flotando como antes lo hacía
en un corazón silencioso y agitado.

Lejos, bien lejos.

Saltando entre las olas,
físicamente incapaz de ahogarse,
hipnóticamente real y solitaria,
unida a una mirada triste
que desea aquello que no espera.

Se va alejando lentamente,
casi imperceptiblemente,
sin rumbo ni retorno,
hacia aquel lugar sin tiempo
a donde van los sueños olvidados.

Lejos, bien lejos.

Absurdo mensaje al destino
en una noche de tormenta,
que no pretende nada más
que apaciguar al alma enferma de necesidad,
hablando con la divinidad
que regula la intimidad con nosotros mismos.


Sé que no es muy bueno, pero lo he encontrado hace poco arrugado en un cajón, hecho que en si mismo me ha parecido poético.

Tan absurdo


Algo no anda bien en el mundo
si nadie te abraza y te besa con cariño,
si no sientes a menudo sobre ti
el roce de mi piel caliente y desnuda. 

Algo no anda bien en el mundo
si siempre te desvistes tu solo,
si nadie se mete furtivamente en tu ducha
y te recorre mientras te aclaras el jabón. 

Algo no anda bien en el mundo
si consigues no pensar en nada por las noches, 
y te duermes tranquilo y sereno, 
arropado por confortables edredones. 

 Algo no anda bien en el mundo
si nadie te dice que te comería a todas horas, 
y elogia tus grandes ojos, tu cuerpo, tu boca, 
mientras juegas a mirar con avidez. 

Algo no anda bien en el mundo 
si no estamos follando a todas horas, 
y en vez de enlazar piernas y olores 
nos dedicamos a charlar sobre la vida. 

Haz el favor, querido.

Hombre del saco


Quisiera amarte, Morfeo,
también esta noche
entre delirio y narcóticos,
silenciosamente.

Esnifaría tu cuerpo etéreo
polvo a polvo
hasta que me liberes de mi misma
sólo por unas horas.

Quiero dormir contigo,
apresuradamente,
necesito la calma que me has negado
sin motivo.

Ya no vienes a verme,
ahora te saltas mi cuna virtuosa,
andando de cama en cama,
perdido y perdedor.

Te llevaste mi razón contigo,
hombre del saco.


Lo sé, el insomnio hace estragos en el talento...

Quan em miraves despullada


T'estremies mirant-me als ulls,
tot girava al meu voltant
quan erem l'un a prop de l'altre,
i somreies pensant en mi.

Somiaves amb la meva imatge,
sempre penjat dels meus petons,
sensible a les meves cariries,
desitjant, desesperat, el meu amor.

Ens diferenciavem entre la multitud
amb mirades cómplices,
i et posaves gelós per vajanades,
i m'abaraçaves fins fer-me mal.

Perquè abraçats el món s'esfumava,
escoltant els bategs del meu cor
mentre m'acariciaves el cabell,
summits en la tendresa absoluta.

I sota els llençols del teu llit
ens despullavem fins gastar-nos,
i dormiem càlidament
fins que el dia ens despertava.

Et vaig donar de mi mateixa
el màxim que vaig saber
però no va ser prou per tu
que ho volies absolutament tot.

I tot es va acabar naturalment,
sabent del cert que era el millor,
i en algun punt de la distancia
em vas convertir en record.

Per això accepto que ja no sóc jo
el motiu del teu petit món,
i tan sols puc mirar-te, maternal,
sent feliç als braços d'una altra.

Però no obstant jo sempre sabré
que en un moment de la teva vida
tot en tu girava al voltant meu
quan em miraves despullada.

Adeu, amor.


Sé que és una poesia força dolenta, però avui l'he trobada amagada i plena de pols a un calaix, i he recordat amb tendresa a aquella persona a qui mai no li vaig donar.

¿Y qué queda?

Qué queda ya de los poemas, 
de las madrugadas, de las citas, de las esperas,
de los enfados, de las costumbres, de los bostezos,
de las lágrimas, de las cajas, de las maletas...


Qué queda ya de los sermones,
de la historia, de las ciencias, de las letras,
de los regalos, de los vicios, de las tensiones,
de las copas de vino, de las pipas, de las tazas...


Qué queda ya de las palabras,
de los piropos, de las ofensas, de las burlas,
de las caricias, de los besos, de los rechazos,
de las noches espontáneas en la cama...


Qué queda ya de las tristezas,
de las manías, de las mentiras, de las rarezas,
de los naufragios, de los teatros, de los dramas,
de los malos gestos, de las películas baratas...


Qué queda ya de las caras,
de los olores, de las pieles, de las miradas,
de las piernas, de los gustos, de las manos,
de las excusas, de los deseos, de las ganas...


Qué queda ya de los recuerdos,
de la intimidad, de las horas, de los momentos,
del amor, del dolor, de la nostalgia...
Nada, ya no queda nada.


Sin amor alguno


Me tocas con desmedido esmero,
meciendo mi vello con tus huellas,
haciendo un molde con mis formas
para después llenarlo con tu esencia.

Entras rebosando cuerpo;
tu piel nadando en mi piel,
resbalando, poro sobre poro,
bebiendo el aliento de mis labios.

Dentro, fuera, dentro, dentro,
mis ojos perdidos en el techo,
en tus ojos, en tu boca, cerrados,
al compas delirante de tu miembro.

Y todo se acelera discordante,
me aferro a ti con pies y manos,
luchando pupila contra pupila,
alargando el placer del control.

Dentro, fuera, dentro, más adentro,
el tiempo se para y todo se va,
llega la muerte de los sentidos,
luz, túnel, dulce vuelta.

Ahora tu olor en mi pelo mojado,
tu oído sobre mi corazón mudo,
mi mano revoloteando en tu cuello,
nos dormimos sin amor alguno.

Musa

No hay palabras para describir el anhelo,
no hay lágrimas suficientes para la tristeza,
no hay dolor más grande en el mundo,
como cuando te marchas de mi lado.

No hay necesidad mayor que la de tus labios abiertos,
no hay libertad como la de tu piel desnuda y blanca,
no hay calor como el de la pasión que me inspiras
cuando coges delicadamente mi mano.

Pienso que nunca podré dejar de acariciarte y besarte,
que nunca abandonarás tu lugar en el aura del artista,
porque eres tu quien guarda fiel mis sueños escritos,
musa, no hay dolor ni tristeza como el de mi corazón abandonado.

El timón de mi vida

Me he perdido entre excepciones,
he enraizado en el suelo templado,
me he cubierto de polvo y hojas,
recogiéndome en mi difusa identidad.

Ya ni siquiera los pequeños placeres
logran que me vuelva a sentir viva,
tengo el corazón dormido por vacaciones
y no me entra nada más en la cabeza.

Siempre tengo las manos y los piés fríos,
los sueños y la ilusión congelados,
ausente y tumbada durante el día;
por la noche, medio viva ante el televisor.

Salgo por salir, bebo por perderme,
sonrio para ser feliz, y a veces lo consigo;
intento no llorar nunca, no sea que,
algún día, encuentre demasiados motivos.

Ya no controlo nada en mi vida,
todo se me escapa entre las manos,
tengo demasiada melancolía
para tan poca constancia y decisión.

No es que sea una persona negativa,
solamente cínica, lúcida y sensible,
con excesivo sentido del humor
y poca capacidad para indignarme.

Es difícil que cambie de opinión,
aunque es muy fácil cambiarme de postura,
mi empatía me obliga a doblegarme
hasta desaparecer en la pasividad.

El desorden de mi vida soy yo,
y si ahora huyo, me seguirá a donde vaya,
no sé aceptar ayuda de nadie
y empiezo a cansarme de estar sola.

Puede que no sepa estar sola,
hacer cosas sola,
llevar yo sola
el timón de mi vida.

Unos tristes versos de disculpa

Perdonad,
había olvidado que se puede vivir con el corazón roto,
el alma templada, los ojos en las manos,
aire en las entrañas, los sueños en los pies.

Perdonad,
por las metáforas manidas,
por la mediocre poesía del desespero,
por mis silencios, por mis ausencias,
y por sustituir las lágrimas sinceras por humor.

Perdonad,
porque hace tiempo que no escucho a nadie,
y me alimento de palabras que yo misma he cocinado,
dándoles vueltas, desgastándolas,
regodeándome en la levedad de mi ser.

Perdonad,
había olvidado que no hace falta estar sola,
que no sirve de nada esconderse del teléfono,
que las heridas sanan mejor si las destapas,
que las personas tienen derecho a arrastrarme
hasta que recupere el timón y el compás.

Perdonad,
porque le debo mucho más a la vida
que unos tristes versos de disculpa.

Poema

Aferrant les mans als llençols calents,
remullant els dits dels peus al fluir dels segons,
estirada boca enlaire i callada,
dibuixant amb els ulls al sostre blanc de l'estança.

Així és com perdo el temps
quan la calor de la tarda m'aixafa l'esma,
la pell m'olora a platja i a son
i sóc incapaç de fer la migdiada.

Caprichos

El corazón me vibra de aburrimiento,
busca incansable algo con qué entretenerse,
como un niño, me pide caprichos,
e incluso se echa al suelo y patalea.

Pero aunque me duela más a mi que a él,
ya se está haciendo mayor,
y tengo que enseñarle a estarse calladito
mientras intento hacer cosas importantes.

El amor es la perdición de los románticos
y el lujo de la gente equilibrada.

Petit

Petit, que no et faci por la llibertat,
no pateixis pel dubte de les opcions,
no t'angoixis per un futur no planejat,
ni per la importància de les nostres decisions.

Petit, jo seré contenta al teu costat tremolós,
no pas perquè tu m'ho hagis demanat,
tampoc per la imposició de normes no escrites
o per simple i trista por a la soledat.

Petit, no cal que et digui que estic molt bé sola,
i és cert que no et necessito per a res,
però estic amb tu, sincera, sencera i oberta,
per la senzilla raó de que és el que desitjo fer.

Petit, que no et faci por la independència,
no pensis que l'espai sempre distancia,
no disfressis el meu amor voluntari d'obligació,
ni miris desconfiat la meva porta oberta.

Petit, no tinguis por del meu poc convencionalisme,
pensa que la major seguretat de permanència,
és el fet que estic amb tu quan res m'obliga;
de manera més real, veritable i autèntica.

Petit, crec que ho podria suportat gairebé tot
menys la falta de llibertat i independència,
menys les teves pors respecte el meu amor
i la decisió conscient de fer-te un lloc a la meva vida.

Petit, que no et faci por la llibertat,
no pateixis pel dubte de les opcions,
no t'angoixis per un futur no planejat,
ni per la importància de les nostres decisions,
perquè t’estimo i prou.

Mar de plaer

Quan penso en el teu cos
em costa escriure aquest poema,
em costa pensar en res més
que en la meva boca menjant la teva.

La teva mirada, tan verda,
em fa vibrar entre les cames
amb una intensitat tan lleu,
tan subtil, tan viciosa i tan perversa.

No estic segura de fins a quin punt
ets conscient del que em provoques,
d’aquesta necessitat tan viva de tu,
sencera, pura, sense vergonya.

Quan estem despullats, l’un sobre l’altre,
no sé què fer-ne del meu cos, tan calent,
assedegada de contacte ple, de suor,
omplint-me completament els racons.

Adoro les teves mans, el que em fan,
jugant entre la crueltat i la complacència,
lliscant entre els plecs humits i profunds,
nedant pel mar de plaer que desboques.

Mai no em cansaria de desitjar-te
amb tendresa, humor i imaginació,
perquè cada part de tu i només tu
pots omplir la necessitat que em causes.

A vegades, però, m’inquieta tant de foc dins meu,
tanta passió descontrolada i serena,
tants petons, tants cossos fluint l’un per l’altre,
tant d’amor, tanta vida, tanta rauxa.

Potser tens raó i no sé ser feliç,
i no suporto sentir-me afortunada
per haver trobat l’amant, l’amic,
el company perfecte que rebutjava.

M’obligues a ser feliç...
així que vigila la meva rebel•lia.

Més enllà

Més enllà dels meus ulls closos,
de les meves mans obertes,
més enllà dels sons i les paraules,
de la gent i les coses que m’envolten.

Més enllà.

Més enllà de les ordres i les normes,
de les lleis, càstigs i judicis,
més enllà de la por, dubtes i cabòries,
més enllà de mi, ets tu.

Més enllà.

Infantesa

Et miro i et veig tan crua, tan jove,
quan tanques les nines i olores la flaire del vent,
i deixes que els cabells juguin a acaronar-te la cara,
i somnies que ets tan lliure que ni ell et sent.

M’encanta mirar-me als teus ulls joiosos
per robar-hi la meva imatge tal com tu em veus,
perquè m’espantis les llàgrimes que em mullen la cara
i poder seguir les petites petjades dels teus peus.

Em revifa la teva il•lusió tan poc golpejada,
que encara no coneix la pena, que encara no ha viscut.
Quan cada plor desconsolat és només una galta salada
i cada somriure amb tu el regal per algun de robat.

Perquè jo et conec molt més del que puc saber
i tu m’estimes encara que ja no et recordi.
Per més que passin el temps i els records,
sota de mi, sempre serem la mateixa persona.

Infantesa que creix.

Feliç

A vegades cal tan poc...
tan poques paraules,
tan poca gent al voltant,
tan pocs moments o fets,
o potser a vegades no res en concret.

A vegades cal tan sols...
tan sols una mirada,
el tacte d’una pell amiga,
un somriure perquè si,
o un silenci íntim entre sons.

A vegades en tinc prou
amb la companyia i l’aire,
amb l’escalfor del meu cos,
amb un bolígraf que funcioni,
i alguna cosa semblant a un full en blanc.

A vegades no tinc
més que uns pensaments amb amor,
uns ulls amb tendresa,
un gest de bona voluntat,
somnis amb esperança,
i potser, de tant en tant, algun motiu.

Cal tant per ser feliç...

Quan vas marxar

L’espetec d’un soroll entra per la finestra,
l’escalfor inunda el seu cos com un mar salat;
onada a onada fa de llençol del seu llit,
moll i tou, com l’aire d’aquell trist agost.

Com pesa el seu cos a sobre del món
dens i desordenat, ara tan aspre,
com l’àncora dels seus propis somnis
tan llunyans que ja no tenen nom.

Costa respirar l’olor a tant de fracàs,
fracàs podrit i passat mil cops per la cara,
sense rostre, sense boca, sense ulls,
sense mirada i sense esperança.


Mou un peu per comprovar que encara ho pot fer
sense esma per arrossegar res més,
amb un cansament que impedeix respirar,
sense força per empènyer de nou els pensaments.

L’agost pesa sobre el seu record.

El cor crida de cop espantant-lo;
segueix cridant, més que l’escalfor,
més que tot el seu cos caigut alhora,
més que aquesta trista nit d’agost.

No es pot jutjar tanta pesadesa
després d’estar tan fart de tot plegat;
després de tot, de tant de dolor,
després de caure tants i tants cops.

M’agradaria que veiessis el que ja no fa,
el que ja no diu, el que ja no sent...
m’agradaria posar-te al seu costat
i que etmiri, que et busqui, que et vagi a trobar.

Això li ho vas fer tu sense voler,
això li ho vas fer quan vas marxar;
vas ser el pitjor de tots els verins
i ara pots ser l'únic remei pel seu mal.

L’agost pesa sobre els seus records...
si algun cop l’has estimat, per déu, torna’l a estimar.

Felicitat

Em pregunto el perquè
les coses bones de la vida
tan sols em roben un somriure
mentre vaig corrents.

Sembla que només calgui
un petit entrebanc al camí
per fer caure la felicitat.

Surto al carrer amb ulls nets,
miro al meu voltant,
la gent que passa al meu costat
es mira tant que ja ni es veu.

Per què serà que la vida
em costa tant d’entendre?
Vull saber què cal per a ser feliç.
Per què serà que la felicitat
és tan fràgil com jo?

No res

No em mires,
i avui estic guapa per tu,
i jo et miro
i tu ni et fixes.

No m’aguantes
i jo estic boja per tu,
i no t’aguanto,
i tu ni em veus.

No et vull veure
i no paro de buscar-te,
i et trobo sempre,
i tu no ho saps.

No et vull res,
i somnio que ho tinc tot,
i no tinc res,
i tu tampoc.

No res, res de res.

Els altres

Hi ha gent que creu que t’estimo,
n’hi ha que em diuen que t’oblidi,
i altres sols pensen que encara somio
en móns de cavallers i princeses.

Per als altres sembla que tot està clar;
no entenen que dins aquesta confusió
em nodreixo de tot el que em provoques,
creient el que no dius, somiant el que no penses.

I el més curiós de tot plegat,
el que causa tot aquest joc d’incerteses,
és el fet que els meus propis sentiments
em són tan poc evidents com els teus.

Sé que l’única cosa que m’interessa dels altres
és la necessitat que m’allunyin de tu,
potser per a poder-te deixar per fi enrera,
potser per estimar-te definitivament en la meva rebel•lia.

Potser els altres són els que tenen raó...
però tu ets la gràcia de la vida.

Física i química

Passa el temps discordant,
véns i te’n vas de la meva vida,
però mai no marxes realment,
lligat a mi per una història sense final.

Com una goma lligada entre nosaltres,
cada cop que algun s’allunya massa,
la cruel física converteix, per art de màgia,
la resistència racional en passió.

Amb la mateixa força i desesperació
amb la que intento allunyar-me de tu,
torno sense voler-ho, projectada,
a ferir-me contra la teva indiferència.

I a mesura que m’acosto a coneixe’t,
sento que cada cop m’allunyo més de tu,
de saber qui ets, què penses, què sents,
i em pregunto qui és que estimo realment.

Tot i que a vegades em fas tant de mal,
també em fas sentir viva, desperta als sentits,
i em remous i m’agites, i em confons,
però ets incapaç de fer-me feliç.

I sembla el retorn una tendència infinita,
però em falta fe per creure en l’eternitat,
així que en el fons penso que, tant de tibar,
al final trencaré el fil amb el passat.

Somnis en nits fredes

Sembla que per fi estic farta de tu,
de sentir-me culpable cada cop que beso un altre,
de tantes paraules d’amor encobertes d’agressives,
de tants jocs sense guanyadors ni regles.

No puc evitar sentir-te com un gran pes
que m’oprimeix l’alegria i les ganes de viure,
de ser feliç en la lleugeresa del meu ésser
i en la mediocritat de la teva existència.

Estic farta de tants de poemes,
de tantes passions irreals i exagerades,
d’escriure’t quan em sento sola i buida,
buida de tu, pel teu despreci i la teva absència.

No puc suportar l’indiferència fingida,
jugar a fer veure que tan sols juguem;
preferiria mil cops el desamor clar,
que aquesta obsessió per estimar els teus defectes.

No vulguis creure que tot plegat tindrà un final,
perquè estic farta i cansada de nosaltres,
farta de sentir-me vulnerable i especial,
farta dels teus somnis en nits fredes.

Hipòcrita

Sento la pell despullada,
sento el vent que acaricia,
sento el fred que llepa
i l’escalfor que m’inunda.

Remeno suaument el cos
com un gat mandrós
entre les cames de l’amo,
tancant els ulls amb deliri.

Està més viva la pell que mires,
és més viva la pell que toques;
sens tu voler fer res
peça a peça compons el desig.

Em sento profundament vulnerable
quan deixo algun tros de mi prop teu.
A vegades sento que em mossegaràs
i és tan sols per orgull que em protegeixo.

Quan trobes els meus ulls m’encens
em compons tota sencera,
em perds, m’enfades, m’enterres;
orgullosa desarmada.

No voldria ni gosar pensar
què passaria si m’ho donessis tot
què passaria si jo també a tu
què passaria llavors, llavors.

Què passaria sense orgull ni armes,
sense lluitar a la indiferència,
amb tanta pell viva.
Què passaria llavors, llavors?

Llavors fugiria, morta de por.
Pacifista hipòcrita...

Etern

Res no és comparable
a aquell primer cop
quan veus de sobte
la persona estranya
a qui has de donar el cor.

Alguna cosa es desperta
sense nom ni control,
es belluga dins teu,
incubant amb innocència,
dels mals, el pitjor.

A poc a poc tot comença:
tots els dubtes i il•lusions,
les esperes impacients,
els somriures perquè sí
i el dramatisme de la por.

Descobrint-se mútuament
amb anhel i parsimònia,
memoritzant cada racó;
cos i ànima, vergonyosos
que s’escolten i s’entenen.

Després de l’embriaguesa,
durant l’intimisme ressacós
de dos meitats d’una parella
que es comencen a conèixer,
és quan tot flaqueja.

Passat això, la vida junts,
posant a prova cada dia
la passió i el perdó
pel que pugui haver canviat
i pel que ja es coneixia.

Plans de futur, una vida,
un mode de felicitat,
una tolerància basada
en records comuns
en errors passats.


I la vida passa l’un per l’altre
amb la mateixa olor i colors,
amb el mateix somriure,
la mateixa mirada mútua
amb converses sense sons.

Una vellesa de cos i ànima,
dues mans entrellaçades
en llits separats,
encaixant amb perfecció,
reflectint cada carícia entre els dos.

Potser l’amor sí que és etern
amb paciència i tendresa,
amb carícies, petons, errors passats,
i moltes converses entre cos i ànima.

Potser l’amor és etern,
precisament,
perquè la vida s’acaba.

Dorm


Sovint les paraules em rellisquen

per sobre de la cara,
com una pluja càlida, fina,
que no aconsegueix despertar-me.

Sols noto l’escalfor del cos
que va pujant amb fermesa,
alentint l’aire dels pulmons,
vençut el món de la consciència.

No puc pensar en res en concret,
tan sols en el món que m’espera,
a les fosques dels meus somnis,
al meu mar dins una cullera.

A poc a poc les parpelles cauen,
obrint el teló d’un nou món,
un món meu, caòtic i rebel
amagat dins la boira del son.

Príncipe azul

Te veo acercarte a mis pasos
a lo lejos siento en mi piel
tu aliento fresco, salado
y el murmullo de miel.

Me relajo caminando
entre tus cabellos delicados,
móviles, pequeños, mojados,
que me abrazan sin querer.

Me acerco a ti en silencio,
meciéndome contigo,
subida a la tierra,
antes de sumergirme
en tus palmas abiertas.

Me desnudo lentamente
con miedo al frío y al calor,
a tus apasionados besos,
a tu murmullo, a tu fervor.

Paso a paso, mojándome,
mojándome en tu saliva,
salada, como tus lágrimas,
bailando entre tus olas de vida.

Todo tú eres paisaje,
el reflejo de mi cielo,
el príncipe azul, profundo,
de mis sueños.

Nado en tus lágrimas,
en tus olas de locura,
en tu tierra mojada,
en tus reflejos sin figura.

Dentro de tu alma,
encuentro mil criaturas;
algunas, venenosas,
y algunas, maravillas.

A veces quisiera vivir en ti,
atormentarme en tus mareas,
ahogándome en tus besos,
nadando en tus abrazos,
flotando siempre en tu cabeza.

Quisiera ser un río,
que desembocara en tu cuerpo,
fundiéndome contigo,
perdiéndome en tu aliento.

Quisiera darte todo;
hasta mis lágrimas,
hasta la tierra, y mi cielo,
hasta la última gota de mi cuerpo.

Todo tu eres paisaje,
el reflejo de mi cielo,
el príncipe azul,
profundo, de mis sueños.

Tarde en una piscina

El cielo, la hierba, el agua.
Olor a cloro sobre mi piel.
Una flor que cae a mi lado.
El sol que quema mis pestañas.

La balsa de aceite azul que baila.
Las racholas ásperas.
La gente que mira relajada.
Y una música lejana de fondo.

El sol que juega a irse.
El viento que acaricia al calor.
La sombra que avisa.
Nos hemos de marchar.

Sin tu saberlo

Ahora me estás tocando,
aunque estés donde estés,
pese a lo que estés haciendo,
no puedas saberlo.

Siento la caricia del recuerdo,
dulce, sutil, inconcluso y tierno,
vibrando en toda mi piel
como la gota en el lago de espejo.

Aspiro tu aroma en mi cabeza,
te acaricio, jugando con tu pelo,
enredándome en tus cabellos;
y tu no puedes saberlo.

Te digo mil palabras al oído,
beso mil veces más tu piel,
hasta la extenuación, te miro;
y tu no puedes saberlo.

Aunque no quiera,
te busco con anhelo,
sin sentido, disimulo;
y tu no puedes saberlo.

De lejos, intentando ignorarte
estoy pendiente de tu voz,
de tus palabras, de tus ojos,
cuando me tocan por azar.

De vez en cuando te hablo,
con nerviosa, orgullosa cordialidad,
y te miro, con ojos ardientes,
y me asusto, y me voy.

Un contacto tuyo me eriza,
me daña y me desnuda,
y quiero más, y no quiero,
y tu no puedes saberlo.

¿Por qué tanto alboroto?
¿Por qué tantas palabras?
¿Por qué tanto revuelo?
¿Por qué, por qué no quiero?

Parece mentira... todo lo que eres
y en realidad no eres nada;
no hablamos, no nos miramos
ni nos tocamos, voluntariamente.

No puedes saberlo
porque yo no quiero,
porque cuando se explica un sueño,
entonces, deja de serlo.

Y tu, tu sin saberlo.

Lo que pudo ser

Nunca pude entender que me querías.

Nunca pude penetrar tus densos ojos,
ni oír el silencioso crepitar de tus lamentos,
ni siquiera el grito de tus impacientes manos,
ni mi torpe rostro, el susurro de tus besos.

Mi mano ardía con el roce de tu cuerpo
y la retiraba asustada del calor,
temiendo quemarme con el inesperado fuego,
perdiendo lentamente, quizá, la razón.

Me duele imaginar el sabor de tus labios,
el tacto de esas zonas reservadas al amor,
la caricia de mi piel bajo tus manos,
mientras, sobre ti, te acelero el corazón.

No supiste hacerme ver que te quería.

Te costó tanto articular unas palabras
que hubiesen despertado tanto en mi interior,
me costó tanto movilizar tantas batallas,
y abrir los ojos y verte, y amarte sin temor.

¿Por qué he despertado con el silencio de tu huida?
Porque es ahora que te has ido cuando te quiero.
¿Por qué, tan sólo ahora, he sabido verte, querido?
Porque es ahora cuando no puedo hacerlo.

¿Ahora?

Es ahora cuando moriría por tu vida,
es ahora cuando resucitaría por tu amor,
porque es ahora cuando sé que te quería,
ahora, que me sobra la razón.

Cobarde

Te pegaría cuando me sonríes así,
te arrancaría los ojos cuando me miras,
te partiría las piernas cuando te acercas a mí.

Te borraría del mapa cuando te recuerdo,
olvidaría tu nombre sin si quiera pensarlo,
y te mataría cuando me hablas en sueños.

Te quemaría vivo cada vez que te huelo,
te trituraría los huesos cuando me tocas,
te degollaría cuando te atreves a hablarme.

¿Y si me besas? ¿Qué haría entonces?
Entonces te amaría; cobarde.