uno de esos ratos muertos
en que la mente vagabundea
por paredes y suelos
y se apodera de mi y de mi pie
la angustia existencial de saber
que voy a perder el tiempo.
Como con cualquier otro vicio,
la apetencia se desespera
y pugna una necesidad
en las puntas de mis dedos,
cercando el cerco a la idea
de saciarme, también, una vez más.
En un pestañear de mi paciencia
finalmente me decido a hacer
que los siguientes momentos
valgan la pena.
Y lo busco,
lo saco,
lo abro...
y, por fin, escribo alguna tontería.
¡Milagro! El rato a vuelto a la vida.
2 comentarios:
Son los ratos muertos los q nos hacen ver la vida desde la perspectiva de los dioses.
Saludos
Prefiero pensar que son los ratos muertos los que nos hacen ver la vida desde la perspectiva de nuestra verdadera humanidad.
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